El Convento Franciscano de Tecamachalco, Puebla se construyó en el siglo XVI en honor de la Virgen de la Asunción; sin duda fue parte importante del proceso de Evangelización en esta parte del país. La fachada del templo es muy austera, es de una sola nave y cuenta con una torre campanario.
También tiene almenas que rematan su frente. Por desgracia quedó muy afectado debido al temblor del 2017, por lo que está en restauración por parte del INAH. La parte del convento que podemos admirar en la siguiente foto, si está abierta al público.
La iglesia tiene una serie de 28 pinturas que son muy importantes en la historia del arte virreinal de nuestro país.
Pinturas del Convento Franciscano de Tecamachalco
Estas pinturas que se encuentran en la bóveda del Sotocoro, están basadas en pasajes de la Biblia. Se pintaron en papel amate y después se pegaron en la bóveda. En el siguiente medallón se representa a San Juan Evangelista.
El autor de estas pinturas fue Juan Gerson, un artista indígena; que sin duda ese nombre le fue otorgado por los frailes. Debido a este nombre se llegó a pensar que era de origen flamenco. Sin embargo, gracias a un documento que se localizó en el Archivo General de la Nación y a los Anales de Tecamachalco; se sabe que es oriundo de este lugar.
La imagen previa representa al Arca de Noé. Fue en 1562 cuando Juan Gerson pintó esta obra. A continuación, se muestra un medallón de San Marcos. Es de llamar la atención como representa a un León, puesto que es un animal desconocido para el pintor.
Estas pinturas se dieron a conocer en 1932 por Don Manuel Toussaint, siendo quien dijo sobre origen flamenco de Juan Gerson. La Apertura del Sexto Sello también se muestra en el Sotocoro del Convento Franciscano de Tecamachalco.
Los colores que usó Juan Gerson son una gama de rojos, sepia, amarillo ocre y azul; colores usados en la pintura prehispánica. Ahora vemos a San Mateo.
A continuación, del libro del Apocalipsis, Capítulo XXI, Ver. 10; Me llevó a un monte grande y encumbrado y me mostró la ciudad santa de Jerusalén.
San Lucas también está presente en el Sotocoro.
Por último tenemos otro episodio del Apocalipsis: La Mujer y el Dragón.
Sin duda, estas pinturas ayudaron al proceso de Evangelización en esta parte del país; también son un ejemplo de la mano indígena en el arte de la Colonia. Ojalá en un futuro quedé rehabilitado el templo del Convento Franciscano de Tecamachalco.