Las momias mexicanas son parte de la historia, tradiciones y del flolclor de nuestro país. Como olvidar películas como Santo contra las momias de Guanajuato, sin duda son parte de nuestra cultura. Para que un cuerpo humano o animal se convierta en momia es necesario la intervención de procesos biológicos y químicos. Existen dos tipos de momificación: la natural y la artificial.
Las momias que se han encontrado en Egipto tuvieron la intervención del hombre; en cambio casi todas las momias mexicanas son producto de procesos naturales del medio ambiente.
En la momificación artificial interviene el ser humano usando técnicas que interrumpen la descomposición del cuerpo como quitar las vísceras; así como el uso de resinas, aceites y hierbas. En cambio, en la natural toma parte la temperatura, la ausencia de oxígeno así como la poca humedad en el ambiente; también influye el grado de deshidratación y delgadez del cuerpo.
También se han encontrado momias de animales, en la siguiente imagen vemos a un perrito que se encontró en 1954 en la cueva de la Candelaria en Coahuila. Es uno de los cánidos momificados más antiguos de nuestro país. Se piensa que se haya quedado atrapado en la cueva y no forme parte de una ofrenda mortuoria.
A continuación conoceremos varias momias que formaron parte de la exposición: Momias. Ilusiones de vida eterna en el Museo de El Carmen.
Las momias mexicanas
En primer lugar tenemos a la momia Pepita, se encontró en la Sierra Gorda de Querétaro; se estima que data del 2300 A.C. Es una niña de 2 años de edad y es una de las momias más antiguas encontradas en nuestro país. No tiene su brazo izquierdo, fue desprendido ya que se pensaba que las extremidades daban poderes.
En la siguiente imagen vemos una momia de un rarámuri de 40 años con una estatura de 1.63 mts y un desgate dental además de caries en los molares. Es de llamar la atención que se encontró en una cueva envuelto en un petate de fibras vegetales y flexionado de manera fetal. Finalmente le ponían una capa de zacate y lodo. Sin duda como parte de un ritual mortuorio.
En el templo de Santo Domingo, Zacatecas durante unos trabajos de restauración en el año 2000, se encontraron varias momias de la época colonial. A continuación vemos un niño vestido como un acólito con prendas hechas a mano.
Para la tradición Cristiana, cuando un niño muere sin ser bautizado se le viste como algún santo de la devoción de la familia. En la siguiente imagen vemos a una niña de 5 años con un vestido negro, capucha blanca y una capa negra que cubre su cabeza. También se le colocó alrededor de su cara una corona de papel, su vestimenta alude a la Virgen de la Dolorosa.
Otra de las momias mexicanas encontradas en el templo, es un niño entre 6 y 9 meses de edad; se encontró en un ataúd de color rojo en forma de hexágono, adornado con pequeñas cruces de tela.
Usa un gorro y una túnica de color negro, así como una prenda blanca de lino. Es posible que aluda a San Ignacio de Loyola.
Bultos Mortuorios
Los bultos se usaron en algunas regiones durante la época prehipánica para envolver a los muertos. Para su elaboración se usaban diferentes fibras, pieles y plumas. A continuación, tenemos un niño de 3 años que está envuelto en un petate de fibras vegetales que están amarradas con fibras y cabello humano.
De acuerdo a las creencias de los rarámuris el cabello debe de ser de un familiar cercano. Vemos ahora una momia de una niña de 3 años envuelta en un petate hecho con cordeles de piel, fibras de yuca y pelo de animal.
Las dos momias forma parte de una ofrenda encontrada en la sierra de Chihuahua, también se encontró un cucharón hecho de un guaje. Además una cesta hecha con fibras vegetales con un cocido en espiral. En la parte superior observamos una Coa que era usada para la siembra.
Otros elementos que son parte de la ofrenda son los frijoles y un pectoral dentado en forma de triángulo. Ambos elementos les serán de ayuda para el viaje después de la muerte.
Por lo visto, los objetos de uso común suelen usarse en las ofrendas ya que están ligados con los difuntos.
Momias. Ilusiones de vida eterna
En lo personal esta exposición es una de las que más he disfrutado, ya que nos mostró a las momias mexicanas desde el punto de vista católico, prehispánico y científico. Gracias a la ciencia podemos saber las causas de la muerte de las momias exhibidas. También entender los rituales mortuorios tanto de los pueblos prehispánicos como de la iglesia católica.
Fue un trabajo donde se unieron varias disciplinas para crear una gran exposición en el Museo de El Carmen. Unieron sus talentos José Concepción Jiménez y Eva Gabriela Salas por parte de dirección de antropología física, así como la investigadora Consuelo Maquívar; así como Patricia Ledesma Bouchman directora del museo del templo mayor y la directora del museo de El Carmen, Eva Ayala Canseco.
Sin duda Las momias mexicanas tienen un gran valor ya que son testimonios materiales de culturas y personas, de las cuales podemos seguir aprendiendo.