Lujos de Nácar prendas encontradas en Tenochtitlan fue una exposición temporal en el Museo del Templo Mayor de la CDMX. El nácar es la capa interior de algunas conchas de moluscos, también se le conoce como Madre Perla; su principal componente es el carbonato de calcio en forma de cristales. Los Mexicas usaron el nácar de las conchas para crear piezas que se unían con otras formando de esta manera prendas complejas.
Se usó la concha de una almeja que vive en las costas del Océano Pacífico, la especie es Pinctada mazatlanica; la encontramos desde el Mar de Cortés hasta el norte de Perú. La imagen anterior es un ejemplo de esta concha. El nácar de esta concha tiene tonos dorados y plateados, por lo cual era muy valorada.
Lujos de Nácar
Las piezas exhibidas muestran el gran trabajo artesanal con el nácar que sin duda las hicieron como un tributo a sus dioses. Las prendas creadas con la concha nácar se les conoce como Epnepaniuhqui. Este tipo de prendas se encontraron en tres ofrendas en la parte norte del Templo Mayor durante su IV etapa constructiva.
Cámara II (1469 – 1481 d.C.)
En la cámara II se encontró una imagen de Tláloc hecha de serpentina en un montículo con 171 piezas de nácar. De igual manera, las piezas son circulares, rectangulares y con forma de rana.
También se encontró una concha de color rojo que representa sangre o un corazón, encima tiene piezas de concha nácar; por lo que podría simbolizar los sacrificios que se realizaban para llamar a la lluvia.
En la misma ofrenda se encontró otra prenda hecha con 58 piezas de nácar bordadas en un pedazo de tela cubriendo a una almeja Spondylus crassisquama. El acomodo de las piezas de nácar es una representación de la piel de una serpiente.
Por desgracia no se encontró la forma ni el diseño del Epnepaniuhqui de la cámara II, quizás las piezas se usaron para adornar la ofrenda. De la misma manera estas piezas están asociadas con el agua.
Entre las piezas hay animales relacionados con el agua como escarabajos, ranas y peces. Además encontramos serpientes de nácar o epcóatl, que era uno de los nombres del Dios de las aguas celestes.
Sin duda alguna estos animales acuáticos se relacionan con rituales de fertilidad y con las corrientes de agua de las montañas.
Cámara III (1440 – 1469 d.C.)
En la imagen siguiente vemos la reconstrucción de un fragmento del epnepaniuhqui encontrado en la ofrenda de la Cámara III.
Esta prenda sin duda está asociada con el agua debido a que algunas de las piezas son ranas, ajolotes y peces. Además se encontraron piezas con forma de rectángulo y de círculo. En la ofrenda se encontraron restos de un material textil que sirvió para unir las piezas.
En la ofrenda también destacan dos vasijas de cerámica policroma con representaciones de Tláloc y de dioses relacionados con el maíz. Entre ellas una lápida donde se colocaron los restos de un puma envuelto en una prenda con piezas de concha.
Lujos de nácar nos deja ver la manera en que fue usado este material como parte importante de sus ofrendas.
Ofrenda 24 (1469 – 1481 d.C.)
En esta ofrenda se encontró una prenda de 190 piezas rectangulares y circulares de nácar. En la siguiente imagen tenemos la reconstrucción de un fragmento del epnepaniuhqui.
El contexto en el que se encuentran las piezas en una ofrenda es muy importante por la información que podemos obtener. Por ejemplo, en la imagen siguiente vemos el cráneo de un adulto con un cuchillo de pedernal en la boca y una máscara cráneo infantil.
La máscara cráneo infantil alude a los niños epcóatl que eran sacrificados en el remolino de Pantitlán. Por lo tanto, la ofrenda está relacionada con el culto al agua.
Ofrenda 102
En esta ofrenda se encontró un textil de algodón con círculos y rectángulos con las mismas dimensiones que los objetos de nácar.
Sin duda las vestimentas con adornos de concha nácar pertenecen a un momento importante del imperio Mexica.
Lujos de Nácar en Zacatenco
En mayo del 2016 el INAH realizó excavaciones en la ladera sur del cerro Zacatenco, en las riberas del antiguo lago de Texcoco. Se encontró un conjunto funerario con 221 entierros humanos y 116 ofrendas de piezas de cerámica, de hueso, además de ornamentos de piedra y concha. Entre los entierros llama la atención el de una niña entre dos y tres años de edad debido a que su tórax estaba cubierto por 150 pendientes de concha nácar.
Es de notar que los objetos de concha solo se encontraron en los entierros infantiles. Los entierros se ubican entre 800 – 400 a.C. Indiscutiblemente es notable la similitud de las piezas de concha nácar con las encontradas en las ofrendas del Templo Mayor.
Lujos de Nácar en Monte Tláloc
Al oriente del lago de Texcoco en el adoratorio del monte Tláloc se encontraron dos pendientes Pinctada mazatlanica. En la imagen siguiente los podemos apreciar.
Estos pendientes son iguales a los que se han encontrado en el Templo Mayor, tal vez representen a los épcoatl.
En conclusión podemos estar seguros de la gran importancia que tuvieron estas piezas de nácar tanto en las ofrendas como en los entierros. También son prueba de las rutas comerciales entre la cuenca de México y la costa del pacífico.